Buscar este blog

Pestañas (Basta con pasar el ratón)

jueves, 22 de septiembre de 2016

1-Resurgir [3]

Era la noche del uno de septiembre de dos mil dieciocho. Kasai Maguma estaba durmiendo en su cama, a su lado estaba su esposa, Ora Tenshi. Justo en esa noche, una sombra en la pared se movía hacia Kasai Maguma. La silueta siguió avanzando hasta llegar a su lado. La silueta levantó sus manos y le cogió de la muñeca a Kasai, después empezó a agitarla sin parar.
—Papi, papi, no puedo dormir—dijo la silueta.
Kasai miró y vio a su hija, Suta Maguma, una niña de casi dos años de edad, pelirroja como su madre, con los ojos verdes, su carne, mayoritariamente era rosada, como la de su madre, pero desde los codos y las rodillas hasta las uñas era tan negra como el carbón, como su padre.
—Ahora voy Suta—le dijo su padre.
—Es ese hombre malo otra vez—le dijo Suta.
—Deja que se quede—dijo Ora.
—Ya has oído a mami—le dijo Kasai a su hija.
Suta dejó ir una sonrisa y se situó entre sus padres.
A la mañana siguiente, Suta y Ora estaban desayunando mientras Kasai estaba de pie en el jardín, mirando el cielo y pensando.
Momentos después, de la puerta que daba al pasillo salió Ram.
—Buenos días tito Ram—dijo Suta.
—Buenos días a las dos—dijo mientras entraba a la cocina.
—Buenos días—le dijo Ora.
Ram volvió con un cuenco de cereales, miró por la ventana y vio a Kasai. Se giró hacia Suta y le preguntó:
—¿La pesadilla del hombre malo otra vez?
—Lo has vuelto a adivinar—le dijo Suta.
—Magia—le contestó Ram.
—Suta, ¿has terminado?—le preguntó Ora.
—Sí mami.
—Vete a vestir, tienes la ropa preparada.
—Vale mami.
Cuando Suta se fue, Ram y Ora empezaron a conversar.
—¿Cuánto tiempo lleva ya?—preguntó Ram.
—Un año.
—¿Por qué se echa la culpa?
—Es padre, es lógico.
—¿Crees que Wild conseguirá pistas?
—Lleva fuera desde entonces, Kasai quería ir, pero es sobreprotector con Suta, y yo también después de aquello.
—Tranquila, traerán a Yogan a casa—le tranquilizó Ram,—con Kasai no hay quien pueda.
—¿Y el FPTeam?
—Musha y compañía no cuentan, además ha mejorado últimamente, ya no parece La Saeta Ardiente que era antes.
—Ram, sé que te entrena, pero no vayas con él cuando sepa algo.
—Soy tu primo, tu tienes que quedarte con Suta y el resto del pueblo, y puede necesitar ayuda.
—En ese caso, dile que no sea blando la próxima vez que te entrene, el secuestrador de Yogan puede haber mejorado también.
—Yogan es el hijo de Kasai, él haría lo imposible por su familia—terminó Ram.
Ram se levantó y abrió la ventana.
—¿Cuando empezamos?
—Cuando te hayas vestido—le contestó Kasai.
—No seas blando esta vez.
—¿Qué propones?
—Cambiar el mar por el cielo, y que saques tus cristales de una vez, desde que volvimos que no lo haces—contestó Ram.
—Tú lo has querido.

Continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario