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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

martes, 8 de septiembre de 2015

2-El Tártaro en Llamas [1]

Kasai seguía ardiendo mientras volaba cada vez más rápido hacia el sur. Debajo de sí veía los prados verdes, algunos pueblos, algunos montes con su cima nevada, etc. Pasó por encima de la sierra pirinea, saliendo del territorio galo para entrar al hispano. Pasó por encima de varias ciudades catalanas hasta llegar a la capital catalana. Descendió en plaza Cataluña, al aterrizar apagó sus llamas y se fue al metro. Miró el reloj, ya eran cerca de las nueve de la mañana.
Entró como si nada, como si fuera un humano dentro de la norma corriente. Subió al primer metro que vio, al primer vagón, y se agarró a una de las barras. Notó, tras pasar la primera parada, como una niña de unos cinco años de edad le miraba con asombro. Él le devolvió la mirada añadiendo un guiño y una sonrisa. La madre de la niña, que estaba al lado, la aparto un poco diciendo “no mires a ese extraño, hija”. Kasai oyó la voz del tren que anunciaba “propera parada, Drasanes”, así que alargó su mano y sacó una bola de fuego. Todo el mundo se alejó de él. Con el pulgar y el índice de la otra mano, alargó la bola e hizo un barrido hacia abajo llevándose todas las llamas y dejando aparecer una rosa blanca. Se la dio a la niña diciendo:
—Esto ha sido gratis.
La niña puso cara de admiración tomando aquella flor y mientras Kasai bajaba del metro, la gente le aplaudía.
Kasai salió a la calle, estaba cerca de la plaza Colón, al lado del puerto. Se dirigió hacia la playa, dirección noroeste. Cuando llegó, extendió los brazos gritando:
—Ábrete, Sésamo.
De la arena salieron unas escaleras de dos metros de altura. Seguidamente, salían unos pedestales con unas pasarelas de cinco metros de largo y de ancho, se colocaban en fila india adentrándose en la mar. Kasai, por cada pedestal que avanzaba, el de detrás volvía a su sitio. Se adentró trece kilómetros hasta llegar a una base de hierro, una especie de ciudad de acero con los edificios pegados unos a otros, la base era de unos cuatro kilómetros de radio, tenía un perímetro circular.
Cuando la última parte del puente se guardó, llamó a la puerta. Salió una cámara que empezó a escanearle.
—¿Identificación?—dijo al empezar, cuando terminó, dijo:—Kasai Maguma, clasificado, puede pasar.
El portalón se abrió y él pasó. Nada más entrar, la puerta se cerró y se encontró con Ogama, un ser robótico con la cabeza y las manos con forma de dalle. Era uno de los proyectos de vigilancia. Kasai era un proyecto cazatesoros, creado por el Doctor Átomo, como muchos otros, solo que los demás eran cien por cien mecánicos y Kasai era más bien algo parecido a un ciborg o un biónico.
—Hola Ogama, sabes dónde está el jefe.
—Está en el laboratorio siete, continuando el proyecto Ecuso, ¿te acompaño?
—Gracias.
Mientras caminaban hacia su destino, iniciaron una pequeña charla entre colegas.
—¿Y bien?, ¿has hecho de las tuyas?—preguntó Ogama.
—Tenía que hacerlo, las últimas misiones eran en lugares inhabitados, y parte de la diversión de mi trabajo es quemar cosas con seres vivos, eso en un desierto o en un templo hacer se puede, pero no tiene gracia. No me vale con transportarme, coger y transportarme, yo solo transporto la mercancía, en cuanto a mí...
—Ardes sin parar, te comprendo. Llevo meses deseando salir solo para usar mis guadañas—le enseño sus manos.—Mira mi actualización.
La mano de Ogama se dividió en tres dalles, parecía una mano de tres zarpas.
—Así cuando destripe a alguien será mejor, hace tiempo que no hay intrusos—dijo Ogama.
—Si quieres, en la próxima misión te solicito como ayudante.
—¿Lo harías?
—Oye, ¿para qué están los compañeros?
Llegaron al laboratorio, Ogama dio vuelta a su puesto mientras Kasai entraba. Vio al doctor con el proyecto, un humano con muchos cables y un exoesqueleto.
—¿Es ese el gran Kasai Maguma?—pregunto el científico.
—Supongo que habrá recibido la mercancía.
—Perfecto para el corazón.
—¿Humano?
—Artificial, tú siempre serás el único con piezas humanas naturales.
—¿Por qué?
—Tú me lo pediste, al igual que olvidar tu pasado. Y ahora será mejor que vayas a descansar, prono tendrás tu próxima misión.
Kasai obedeció, salió del laboratorio y se dirigió hacia un ascensor. Bajó hasta una sala llena de cápsulas de cristal con otros proyectos como él. Se adelanto hasta la columna trece, a la derecha y subió a la numero trece. Se metió, la cápsula se cerró e inició el sueño.
De repente su cápsula se abrió y vio las alarmas sonando. Los otros proyectos saliendo dispuestos al ataque. Intuyó que atacaban la base. Miró el contador de sueño de su cápsula y vio que llevaba dormido trece horas.
Salió de la cápsula de un salto, aterrizó en el suelo y se topó con Buki, un proyecto equipado con todas las armas que uno pueda imaginar, su desventaja consistía en que era por lo menos cien veces más pesado que los demás. Era una especie de tanque y/o acorazado en versión robot.
—¿Ejército?,¿Interpol?,¿CNI?—empezó a preguntarle Kasai.
—WPA.
La WPA, APM en castellano, era una agencia que protegía al mundo tanto de cosas del exterior como del interior. Kasi supuso que si estaban aquí es que querían destruir a todos los proyectos y a encerrar al doctor.
—Necesitamos encontrar al doctor y ayudarle a salir—le dijo.
—Te sigo.
Kasai y Buki empezaron el rumbo, pero en ese momento, se oyeron órdenes del dueño indicando que todos los proyectos debían ir a las azoteas y/o los muros para defender.
—Ya hemos oído, vamos—dijo Kasai.
Empezaron a correr hacia las azoteas, otros proyectos se añadían a ellos. Llegaron a su destino y empezaron a ponerse en filas para ver al atacante. Miles de embarcaciones rodeaban el lugar.
—Kasai—dijo Yajirushi, un proyecto lleno de saetas por todo el cuerpo,—tu mandas.
Kasai vio a lo lejos un par de portaaviones, miró a uno de los proyectos y dijo:
—Hony-Hony-Hiz—le dijo a uno parecido a él, pero en rojo,— derriba a esos portaaviones.
En seguida, Hony-Hony-Hiz se fue hacia una de las azoteas más altas y empezó a disparar grandes rayos láser hacia las embarcaciones.
—Buki y Ogama, encargaros de los acorazados, desde dentro. Mizu, haz una gran pared de agua alrededor de la base, Aisu, cuando termine la congelas. Uindo y Sutomu, no estaría mal que desatarais vuestro caos para entretenerles un rato.
Todos empezaron a obedecerle. Aisu y Mizu hicieron ese muro de hielo, cada vez lo iban reforzando. Buki y Ogama se fueron a los acorazados, Ogama tenía ganas de destripar a los soldados, sabía que Kasai había dicho “desde dentro” por él. Uindo, con sus piernas, tomó a Sutomu por las axilas y se elevaron por encima del muro, Uindu empezó a crear tornados por las demás embarcaciones mientras Sutomu descargaba una tormenta eléctrica.
Mientras tanto, Hony-Hony-Hiz había vuelto junto a Kasai y los demás proyectos.
—Portaaviones fuera de servicio.
—Muy bien, ahora todos los demás defenderemos tanto por fuera como por dentro nuestro hogar, la WPA puede contar con lo que se le antoje, así que por mucho que tengan pequeñas embarcaciones por el mar, podrían entrar con submarinos. Vamos, no quiero supervivientes.
Todos empezaron a obedecer, la mitad entraron y la otra mitad empezaron a subir al muro para disparar a las embarcaciones. Kasai, al bajar algunos pisos,empezaba a encontrarse a milicianos de la WPA. El primero llevaba un lanzallamas con el que le roció, pero Kasai iba cogiendo el fuego y se iba acercando al soldado. Cuando llegó a él, le metió una pequeña esfera ardiente en la boca y poco después el soldado explotó.
Fue recorriendo toda la base, eliminando obstáculos. Decidió volver a su objetivo principal, el doctor. Entro en un aula alargada donde muchos proyectos se habían quedado acorralados por las torretas que la WPA había colocado por cada lado de la sala. Él se hizo paso entre los suyos hasta llegar a la primera fila. Vio que las torretas disparaban bolas de fuego, pero no a los acorralados, sino a los proyectos que estaban en medio de la sala. Vio como a Aisu, el proyecto hecho de hielo, fue tiroteado por una torreta cercana. Yajirushi iba corriendo por la sala arrojando saetas a los soldados, hasta que uno le dio con un arma láser.
Viendo los pocos que quedaban allí, solo los acorralados, Kasai empezó a adelantarse lentamente. Las torretas empezaron a dispararle, pero cada bola que llegaba él la acumulaba en su interior como si nada. Cada vez que pasaba por al lado de una torreta, hacía un gesto al aire haciéndola explotar. Cuando terminó, vio a sus compañeros ir a la batalla. Osu-Ushi, un robot de aspecto minotauro, iba en cabeza embistiendo a cada soldado a su paso. Vio también que Ogama había vuelto y destripaba a los invasores por la mitad. De repente vio que un soldado le iba a colocar una especie de explosivo, pero Kasai lanzó una bola de fuego rápidamente. Ogama vio el gesto y se lo agradeció con un asentimiento.
Salió de la sala para llegar al doctor, le costo tiempo llegar, aunque tuviese que usar sus habilidades de pirómano contra los soldados. Por el camino, vio a muchos de los suyos morir, como por ejemplo Guraso, un ser hecho solo de cristal, al que lo hicieron añicos.
Por fin llegó con el doctor, estaba en el laboratorio siete, con el proyecto.
—Doctor, atacan la base y muchos de los nuestros están cayendo. Es cuestión de minutos que nos derriben. Deje eso.
—Lo estoy protegiendo de las aguas, lo camuflaré como una roca, la enviaré al fondo del mar para que no la hallen y más tarde la iremos a buscar.
El Doctor Átomo apretó un botón, la cápsula con el último ser que estaba siendo creado fue envuelta con una capa de roca. Más tarde se abrió una escotilla, se veía parte del mar. La roca que contenía al ser misterioso cayó a sus profundidades.
—Ya podemos irnos, encárgate de cada soldado. Y cuando todo esté en calma, volveremos a por Fupo Ecuso.
Fupo Ecuso, al parecer el doctor le puso a ese ser ese nombre. Kasai y el doctor empezaron a salir de la sala y pusieron rumbo a el portón principal. El plan era llegar allí abrir el puente y escapar lo antes posible.
Kasai iba librándose de los soldados mientras él y el doctor veían a muchos proyectos morir. Llegaron a un pasillo, sin llamas, sin nadie. Empezaron a corer más rápido cuando Kasai vio que una red caía sobre el doctor, de la puerta por la que habían salido aparecieron más soldados.
—Kasai, corre, huye sin mí. Es una orden. Y envía esta base al infierno—gritó su jefe.
Kasai había sido entrenado para acatar órdenes, así que no pudo resistirse a obedecer. Empezó a correr, sacando fugo de sus manos y enviándolo a cada rincón de cada pared e cada sala y pasillo por el/la que pasaba.
Cuando llegó de nuevo a las azoteas, vio que el muros hielo reforzado había sido destruido, por mucho que aún quedasen restos de él. No vio a ningún compañero suyo huir por los lados, ni siquiera el puente se había alzado. Supuso que todos habían muerto en el interior, durante la batalla, supuso que él era el último. Justo detrás de él salieron más soldados, detrás de ellos se veían las llamas y el humo que Kasai había provocado. Empezó a lanzar fuego hacia los soldados, haciendo que entraran de nuevo. Cuando lo consiguió, de su mano salió una gran mano de fuego que agarró el borde de la puerta, la cerró de golpe y la golpeó descargando todo ese fuego. Esa maniobra hizo que la puerta se sellara.
Se rodeó de llamas y subió a la azotea más alta, que estaba justo en el centro. Hizo un par de movimientos, y poco más tarde notó un temblor. Intuyó que su plan de hacer explotar los soportes que mantenían la base sobre el agua había dad resultado, luego vio como se hundía la base. Empezó a correr hacia el borde, divisó entre el humo un bote de la WPA totalmente vacío y quería usarlo, necesitaba usarlo, ya que no podía nadar. No es que no supiera ni que fuese aquafóbico. Es que al ser fuego, el agua le afectaba demasiado.
Al llegar al borde, saltó hacia el bote. Pero vio que no llegaba, así que lanzó unas pequeñas bolas de fuego debajo de él y las pisaba con los pies pareciendo que andaba por los aires, las bolas se disipaban a los pocos segundos. Unos segundos después, paró de andar y cayó sobre el bote. Inició camino a la costa más cercana.
Mientras iniciaba el rumbo vio como uno de los restos del muro de hielo caía, vio que le venía cerca, no le iba a dar pero quizá si el montón de agua que iba a salpicar. Pensó en partirlo o en deshacer ese hielo, pero solo empeoraría las cosas. Así que rezó para que no le diese nada de agua...pero no fue así. Al caer el trozo, mucha agua entró en el bote haciendo desmayar a Kasai.

Continuará.

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