Musha empezó a correr todo lo
rápido que pudo, la erupción blanca que iniciaba el agujero negro
estaba detrás de él. Con un poder como el suyo, era capaz de
alcanzar altas velocidades.
—Vamos
Musha—empezó a decirse,—eres capaz de ir 39 Gm/s gracias a tu
enfermedad. No falles ahora.
Musha
seguía corriendo con la erupción detrás de sí. Al cabo de unos
momento había salido de la base, pero notó que la erupción estaba
ya pisándole los talones. Decidió formar una bola de energía verde
en su mano y la lanzó hacia el espacio, segundos más tarde se
teleportó justo a donde llegó la bola.
La
erupción había terminado su tamaño. Por lo que empezó a encogerse. Cuando finalizó el proceso en unos segundos, el agujero
negro empezó a surgir tragándose la Luna a trozos.
—¿APM?,he
salido de la zona, pero el agujero cada vez se hace más grande—dijo Musha por el intercomunicador.
—Lo
vemos—dijo Regi desde el otro lado,—calculamos que en un par de
horas tendrá el suficiente tamaño como para tragarse la Tierra.
—¿Qué
hago para evitarlo?—preguntó.
—No
se puede hacer nada—dijo Regi,—nadie puede sobrevivir a ésta
catástrofe.
Musha
miró hacia el agujero. En ese momento se acordó de que antes de la
erupción, sacó un brazalete de la máquina que lo contenía. Miró
el brazalete y volvió al intercomunicador.
—¿APM?
—Seguimos aquí, Musha.
—La erupción comenzó cuando quité algo de la máquina, ¿que pasaría si lo devolviese, pero justo en el núcleo?
—Un
momento, lo consulto con mi gente—dijo Regi, unos segundos más tarde volvió.—Surgen teorías de que si lo haces, el agujero
empezaría a encogerse hasta extinguirse, pero hay consecuencias.
—¿Qué
clase de consecuencias?
—Si
lo haces, en el peor de los casos harías una especie de erupción
temporal, haciendo que no solo recordemos nada, sino que todo volvería a su estado pero...
—¿Pero
qué?
—Como
en todos los casos acabarías muriendo dentro, nadie recordaría lo
que hiciste, por lo que tu desaparición sería misteriosa e
inexplicable para esa alternativa.
—Me
es suficiente.
—Acabo
de decir que morirías si lo hicieras.
—Moriría
de todas formas.
Musha,
se quitó el intercomunicador y empezó a dirigirse hacia el agujero
negro. A los pocos segundos, ya estaba dentro, viendo como un montón
de rocas, piezas metálicas y cadáveres giraban de forma aleatoria.
—Debo
dirigirme al centro—se dijo Musha,—la forma más rápida es ir
directamente, pero será difícil puesto que todo gira.
Musha
empezó a ir de forma directa hacia el centro. Llegó a una plancha
metálica de unos metros de largo. Hizo salir una zarpa curvada de
sus nudillos, la clavó en el metal y fue corriendo hacia el extremo. Saltó y llegó a unos cables por los que se deslizó. Fue
haciendo lo mismo por cada cosa que se encontraba hasta ser lo
primero en el agujero negro.
Musha
se quitó la pulsera del brazo izquierdo con la mano derecha. Poniéndolo delante de sí, mirando al epicentro esperando al momento
de meterlo.
Cuando
solo le faltaban unos metros, la D del brazalete empezó a iluminarse
mientras que unas voces surgían en su cabeza. La voces no paraban de repetir las palabras “Gidet Caos” todo el tiempo. No pararon de
decirlo hasta que Musha habló.
—Gidet
Caos—gritó con rabia.
En
ese momento, el brazalete y los trece diamantes de su brazo se
iluminaron con una luz blanca. Esa luz se metió también en su brazo
y luego, Musha no pudo ver nada más ya que una luz blanca le había
rodeado por completo.
Justo
en el momento del impacto, surgió un resplendor blanco que iluminó
todo el espacio, dejando la situación como si no hubiera
pasado...tal como Regi dijo.
FIN.
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