Desierto del Sahara, 13 de
abril de 2015.
—Muy bien, ¿a quien mato
primero?—dijo Musha.
—¿Con quien vas?—preguntó
Aleix.
—Con el mejor postor—dijo
Musha,—veo que tú estás solo, el otro tiene un jefe así que,
terminaré esto cuanto antes.
—Oye, el español es mío—le
dijo Ghost a Musha.
En ese momento Ghost empezó a
ir a hacia Musha con intención de ataque. Musha esquivó todos sus
golpes, terminando por dar una acrobacia hacia atrás, golpeando con
su talón en la nuca de Ghost. Ghost cayó al suelo, al poco se
levantó diciendo:
—Puedes quedártelo, me
ahorras trabajo.
Ghost se fue en ese momento,
mientras Musha se quitaba su sobretodo negro, dejando ver su rostro
cubierto por sus gafas.
—Muy bien, es hora de
jugar—dijo Musha.
—Oye, escúchame—le decía
Aleix.
—Lo siento—le cortó
Musha,—no es nada personal, pero el trabajo es trabajo.
Sin que Aleix lo notara, Musha
estaba debajo de él, dándole una patada que le mandó por los
cielos.
—Es rápido—dijo Aleix,—pero
a ver si para esto.
En ese momento, Aleix activó
sus saetas de luz y disparó una. Vio como atravesaba a Musha por el
pecho, pero luego se regeneraba.
—¿Qué eres?—se asustó
Aleix.
—Saetas de luz, no está
mal—dijo Musha.
En ese momento, Musha empezó a
volar en dirección hacia su contrincante. Aleix empezó a disparar
saetas de luz por doquier, pero Musha las desviaba todas con las
manos. Musha llegó a Aleix, mientras este caía. Sacándo cuatro
garras de acero sombra por los nudillos de su mano derecha, intentó
clavárselos a Aleix, pero él lo detuvo con el sable de fuego.
—Por muchas luces que tengas,
nunca derrotarás a un ser de pura oscuridad—le dijo Musha.
En ese momento, Aleix vio que
estaba muy cerca del suelo, por lo que intentó atacar a Musha con
los pies, pero éste se defendió. Sin embargo, Aleix buscaba
impulsarse para desviarse de la gravedad. Cuando ya tuvo algo más de
tiempo para aterrizar de forma más cómoda, apagó el fuego de su
sable y guardó el cuchillo que lo formaba.
—Si es oscuridad, habrá que
iluminar la cosa—dijo Aleix,—¡Estel!
En ese momento, surgió de la
nada una pequeña luz que empezó a rodear a Aleix. Éste la agarró
con fuerza con su mano. Al acto, su vello se volvió áureo, así
como su melena y sus ojos, al igual que el aura que empezaba a salir
de su cuerpo.
—Vaya, vaya, lo que trae la
caballa—dijo Musha mientras descendía,—la única vez que vi a
alguien hacer algo similar, fue hace cosa de unos meses. Claro está
que ella tenía esos poderes con naturaleza, pero lo tuyo es
sobrepasa la tuya.
—Exacto, me he fusionado con
una estrella que salve de su destrucción—le dijo Aleix.
Musha se dirigió en señal de
ataque, pero Aleix lo repelió con un golpe. Musha empezó a rodar
por la arena hasta detenerse. Se levantó y vio que de su boca salía
sangre. En ese momento, empezó a reírse de una forma sádica.
—Desde que conseguí ser lo
que soy, desde que soy el más temido de mi Tierra, que no me había
topado con alguien capaz de enfrentarse de igual a mí, ni siquiera
me habían hecho sangrar—Musha se limpió la sangre,—al fin
alguien con quien jugar en serio.
En ese momento, Musha levanto
una mano y dejó la otra detrás de sí, ligeramente levantada. En
ese momento, las sombras formadas por las dunas y las nubes empezaron
a dirigirse hacia Musha, le rodeaban hasta llegar a la mano más
levantada, y salían expulsadas como si fueran munición de un cañón.
—Luz infinita—dijo
Aleix.
En ese momento, Aleis empezó a
golpear con fuerza el aire con las manos abiertas. De sus palmas
salían esferas de luz intensa que se dirigían hacia Musha,
impactando con las sombras que le mandaba su adversario. Musha, al
poco de verlo, dejo de lanzar sombras, dejando que las luces
siguiesen el camino.
—Helion doron—dijo
Musha mientras las eferas se unían en sus manos, Aleix se detuvo,
viendo que Musha había acumulado muchas de sus luces. Musha,
extendiendo los brazos, terminó la frase:—destello final.
De la efera de luz de sus manos,
salió un potente rayo de luz que impactó al instante en Aleix,
consumiendo toda la luz que le había mandado. Aleix cayó de dolor,
su fusión con Estel se había desvanecido. Musha se acercó, al
llegar le agarró del cuello y lo levantó.
—Menuda conexión
interdimensional has formado—le dijo Musha mirándole a los
ojos—parece una proyección astral.
En ese momento, Aleix empezó a
notar como su cuerpo, tanto el avatar como el que estaba bajo El
Sueño Asaético, comenzaban a agrietarse. Notaba como su alma
empezaba a desintegrarse.
Musha notó que el clima
cambiaba a un estado tormentoso. Luego vio como el cielo empezaba a
ser absorbido. Decidió, no solo soltar a Aleix, sino regenerarle lo
que le había dañado. En cuanto lo hizo, el cielo volvió a estar
como antes.
—Me parece que empiezo a
entender tu persona—dijo Musha.
Aleix, sin entender nada, se
levantaba tosiendo.
—¿Que quieres decir?—le
preguntó.
—Habrá que charlar.
—Puedes esperar unos momentos,
he notado algo hacia Serbia que requiere mi ayuda—le dijo Aleix.
—No tardes, te espero en el
bar “La Luna y la Sombra”, lo encontrarás en la Plaza Octaviá
de Sant Cugat del Vallés, en España.
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