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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

lunes, 27 de abril de 2015

¿Real o Virtual?[Guerras Celestiales]

27 de abril de 2015, lunes.
Tras haber vivido una batalla de música, decidí volver al trabajo en equipo. Llegué a un lugar de bloques extraños y peculiares de colores vivos. Eran unas piezas raras a los que llamaba "Tetris".
Cuando llegué vi a dos holandeses en un lugar con un siete enorme. Me dijeron que me uniera a ellos y yo fui amablemente con ellos. Era una batalla de tríos.
Nada más empezar se oían rumores de que Dios quería ayudar a todo el mundo, tanto que a mi me concedió empezar con más velocidad de la normal. Pero mis compañeros empezaron con explosivos.
Al parecer esos bloques eran grandes almacenes porque nada más entrar había mucho heno, madera, diamante, hierro, libros...muchas cosas. Y al parecer era cierto que el poder divino de INRI estaba presente.
Digo que estaba presente, porque al abrir un cofre encontré dos espadas adamantinas, una con un nivel 4 de afilado y la otra encantada a un nivel dos de aspecto ígneo, es decir que el primer corte hacía quemar a la víctima. Más tarde vi dos arcos, uno que potenciaba el dolor de las saetas que disparase y el otro desplazaba el objetivo varios metros de distancia en caso de impacto, algo que me iba bien, porque esos bloques no tenían mucha superficie y se podía lanzar a alguien al vacío al instante. También vi toda una armadura hecha de adamas del más brillante que jamás haya visto, y además, no solo protegía más que cualquier cosa, sino que hacía a alguien inmune a cosas como el fuego, los impactos de los proyectiles y más cosas increíbles.
En cuanto a alimentación, vi unas cien manzanas de esas doradas, pero tres de ellas brillaban. Ya había probado las doradas, pero las que brillaban eran diferentes. No solo daban salud y regeneración, sino una especie de inmunidad extraña. Cogí heno para hacer pan por si necesitaba alimento, cogí el hierro para hacer un yunque y unir esas dos espadas y esos dos arcos.
Hecho esto me reuní con mi equipo. Uno de ellos iba aproximadamente igual que yo, pero el otro le faltaba algo de armadura. De repente miramos a los lados porque oíamos cosas, las gentes vecinas venían haciendo puentes. Le di con una saeta a uno, el de mi derecha, una mujer de mi edad. Tenía que ser un brujo porque, las armaduras daban inmunidad al proyectil pero no al efecto del desplazamiento, y a ella estaba estática al recibir la flecha. Pero no me inmuté. Al ver su poca armadura (solo le faltaba un peto), fui asestándole flecha tras flecha hasta ver su cuerpo morir en aquel puente y dejar parte de sus extremidades colgando. Mas tarde vi que de su equipo solo quedaba uno que se escondía en esos bloques.
Unos segundos mas tarde, el de la izquierda (porque solo quedaba él de su equipo) hizo un pequeño hueco en la pared, el cual aproveché para asestar una saeta. El desplazamiento le afectó, pero como nuetra isla tenía tres superficies, fue a parar a la más lejana. Debió romperse alguna pierna por la caída porque oí un gemido suyo. Acto seguido uno de mi equipo fue por él, e intuí por lo que oí que le puso uno de sus explosivos en la boca y lo hizo detonar a unos metros de distancia. Ese hombre murió por la explosión y la parte de nuestra isla en la que estaba quedó hecha cenizas.
El pirómano y yo aprovechamos el puente que había hecho desde su isla para ver si había algo útil, pero no encontramos mucho. Pero al volver, nos encontramos a nuestro tercer hombre (que hacía de vigía) tieso en el suelo y con muchas flechas clavadas. Oí un gemido. Al lado derecho, aquél hombre que se escondía antes, había salido, pero una ráfaga de flechas iba de la isla central a él, al parecer murió igual que nuestro hombre.
Empezamos a hacer un puente hacia él de forma que cuando nos diese, como no nos iba a afectar por aquella armadura concedida, no nos moviese tres pueblos. En la zona, aparte de él y nosotros dos, había un cuarto hombre en una base cercana y un quinto que no sabíamos donde estaba. Vimos como el asesino del centro desapareció de ahí y apareció justo donde estaba aquél hombre, en esa base hecha de madera sujeta por un puente. Ese hombre murió por el asesino. Yo aproveché para dispararle saetas, pero todas le pasaban por encima. Calculaba mal.

En cuanto llegó al centro, pusimos un techo al puente para que no nos diese con su arco y su carcaj lleno. Pero íbamos saliendo para dispararle nuestras saetas con la esperanza de que una lo moviese hacia una de esas pequeñas ranuras que tiene ese grupo de bloques y hacer que la caída lo matase. Pero era un brujo, todas las que asestaron no lo movieron a pesar de estar encantadas con el desplazamiento.
De repente apareció en frente de nosotros y nos empezó atacar con las flechas, pero yo me acerqué evitándolas y pude probocarle un buen corte. Mientras me alejaba comiendo una de esas brillantes manzanas áureas, de su corte salieron llamas que lo envolvieron y mi amigo fue y atacó. Lo mató. recogió de él una misteriosas perlas verdes, me dijo que las usaba para teletransportarse de un lado a otro. Y mientras yo seguía con el puente para buscar al último hombre, él uso una. Pero apareció en una pared que estaba muy salida, no había superficie debajo, de modo que murió cayendo al vacío por esa estupidez.
Llegué al centro ye empecé a ver que llevaba para dejar cosas y hacerme con lo necesario. Dejé el yunque y un montón de cosas y me quedé con la armadura, el carcaj con ciento treinta saetas (como mínimo), la espada, un arco (tenía varios), las manzanas, unas pociones de velocidad y mi valor. Dispuesto a buscar al último.
Pero no hizo falta, porque ese último, no se cómo, pero cayó también al vacío, murió allí y me dio la victoria.

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