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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

viernes, 24 de abril de 2015

El fuego que evaporó el agua.[Guerras Celestales]

23 de abril de 2015, jueves.

Tras ganar en esa guerra como un pirata, el espíritu de Poseidón me hizo muchas ofertas para ser uno de sus representantes en las guerras de los elementos, estaba contento porque había oído que solo los mejores luchaban en ese tipo de guerras celestiales. En esas guerras luchaban los cuatro elementos dirigidos por una general con nombre de divinidad griega. Poseidón me puso como uno de los suyos en su gran isla, pero poco a poco divisaba las islas de Eros, Hefesto y Gea. Representar el agua es un gran honor, para un luchador como yo y cuando estuve en mi vitrina cada vez era más impaciente.
Al aterrizar busqué cosas para equiparme, pero no tuve mucha suerte, suerte que antes Poseidón nos dio unos regalos muy buenos, y a mi me toco un arco y un carcaj con diez saetas. Es cierto que no me equipé bien, pero cada vez tenía más flechas, e incluso encontré algo de carne.

Por suerte mi equipo había encontrado una gran mina de diamantes, con los cuales se hicieron fuertes armaduras y buenas espadas, y a mi me dieron parte de ellas. Me daba vueltas por la isla y me fijaba que tenía grandes barcos, muy parecidos a aquellos que vi en el escenario pirata, y un gran pulpo que la custodiaba y la abrazada, además jugaba con los navíos.
En uno de los cofres encontré manzanas de oro. Había oído hablar de ellas. Se dice que esas manzanas no solo te dan más vitalidad sino que de tan una regeneración de salud más rápida de lo normal.
Ya con lo necesario me lo situé de una manera que me fuera rápida sacar el objeto deseado, si tenía que atacar pues la espada, si era disparar sería el arco. Todo en la sincronización habitual de mi cuerpo. Cuando terminé de colocarme las cosas, me di cuanta de que mi grupo se adelantó y llegó a la isla donde los elementos se juntan, la Isla del Caos. Situada en el centro de la batalla. 

Decidí ir también, y ahí pude encontrar lo que me faltaba para estar igual que ellos. Pero no nos dimos cuenta que el caos de la guerra se acercaba tan acelerado como nosotros. Hefesto y sus hombres habían llegado al centro. Como muchos cayeron al formar los puentes entre las islas, solo quedábamos tres de diez mientras que ellos eran el doble. Poseidón nos dijo que volviéramos para formar una estrategia, yo obedecí pero mis dos compañeros quisieron hacerse los valientes y mientras yo volvía ellos murieron a la parrilla.
Mientras volvía, Poseidón me dijo que me tomase una de esas doradas manzanas. Lo hice. Estaba riquísima. Esa manzana te hacía olvidar de esa sangrienta guerra y parecer que estuvieras en el paraíso.Notaba como las heridas se me curaban instantáneamente, notaba como si la vitalidad me subiera de golpe. Me sentía, por primera vez en años, muy bien. Me sentía como si fuese invencible.

Pero por mucho que sintiera, sabía que no era real y que tendría que dejar esas fantasías que se formaban en mi cabeza.
Poseidón me lanzó un cubo de agua y me dijo que hiciese una trampa básica, rápida y eficaz para evitar los intrusos. Obedecí esas órdenes. Yo sé muchos tipos de trampas. Junto al arco y a las carreras, ese mi punto fuerte. Yo nací en los bosques así que me crié con métodos de caza muy útiles. Solo debía usar esos métodos de caza con humanos para pder ganar esa batalla, aunque estuviera yo solo. Lo había hecho antes, así que no podía ser tan difícil. Solo tenía que sobrevivir usando bien mi mente, dominando al miedo para tener la sincronozación de siempre y seguir los consejos de mi capataz que me hablaba por la telepatía. Por mucho que la gente crea que no existe ese método de comunicación, se equivocan. Yo lo he usado y funciona.

Me fui por mi isla fijándome en las otras. Los guardianes de la tierra estaban por las islas de enfrente haciendo de las suyas. Los maestros del aire se habían hecho un laberinto dentro de un huracán que había formado su líder. Una gran estrategia para protegerse. Yo no me atrevería nunca a adentrarme en un laberinto en el interior de un huracán, se mueve constantemente y en cuanto se entra, no se sale. Es la mejor de las trampas que solo un buen equipo puede formar.

Empecé a recorrer mi isla en busca de alimento. Estaba hambriento. Por suerte nuestro pulpo gigante me dejo subirme en sus tentáculos para ver que tenía. En uno de los barcos de sus patas encontré heno, mucho heno. Pude hacerme un buen grupo de pan. Mientras hacía mi comida, Hermes, el mensajero, me trajo un mensaje. Al parecer solo quedaban tres soldados de Hefesto y yo. Ellos querían saber donde estaba, y tenía dos opciones: decírselo o juguetear con su mente. A mí me encanta juguetear con la mente de la gente, me lo enseñó un ermitaño mientras me criaba por los bosques. Mientras yo me movía por mi isla, Hermes venía y se iba con mensajes, mensajes que si los pusiéramos en conversación sería esta:
¿Dónde estás?
¡Ah!, Averigualo
Dime en qué elemento estás.
En el de  Carbono, juas juas―ví que estaban muy bloqueados, por ello añadí.―Estoy en una isla que tiene cosas blancas―dije eso porque todas las islas las tienen.
¿En la Isla del Caos?
Frío, frío, aunque estáis cerca del calor―se lo dije porque estaban cerca de su base, y quería confundirlos con el juego de "frío o caliente".―Si fueseis uno o dos, iría a luchar, pero sois tres así que mejor me quedo dando vueltas por aquí.
¿Estás en la cima?
Os doy una pista, noto como mi melena ondea con el viento―y cierto era, aunque se fuesen a la isla de los vientos del este, yo estaba en un barco, y muchas veces cuando vas en alta mar hay viento, sino las velas no moverían ese barco.
Deja de esconderte―me dijeron creyendo que me habían localizado.
Si no me dejo de mover―claramente no paraba de moverme, cuando se es una persona de mucha velocidad, es imposible estarse quieto.
¿En qué elemento estás?―volvieron a preguntar.
Os veo―les dije para hacerles un lío en la cabeza, y les veía, estaban quemando la isla del viento. Aún creían que estaba allí.
Dime en qué elemento estás.
Agua...viento, fuego, tierra, ¿dónde puedo estar?
Aún veía como media isla de los vientos ardía en su poder de la lava mientras ellos desmantelaban el laberinto del huracán. Poseidón y yo nos reíamos a carcajadas al ver el lío en el que les había metido. Mi jefe me ordenó que esperara un poco, pero la impaciencia pudo conmigo, salte hacia la isla vecina evitando mis trampas y fui hacia el puente que conectaba la isla de los vientos con la del Caos. Empecé a hacer una trampa, pero me visualizaron y empezaron a venir a por mí. Yo corrí hacia mi isla, pero noté como el miedo y el hambre me invadían, tuve que comer un poco de pan y seguir. Estaban muy cerca. Evité mis trampas pero ellos las desmantelaron y formaron bien el puente.
Pero no vinieron, sabían que el primer paso en el puente supondría una de mis saetas que les haría perder el equilibrio y caer en ese vacío que nos rodeaba, así que mientras se cubrían de mis proyectiles y yo de los suyos se notaba como el ambiente caldeaba.
Ellos disparaban, ellos se cubrían. Yo me cubría, yo disparaba. Lluvia de flechas en los dos bandos. Los cuatro en iguales condiciones en un tres contra uno. Me comí otra manzana de oro, mejor prevenir que curar. Noté como Poseidón volvía a meterse en mi cabeza para hablarme.
―Corre y tírate.
―Pero moriré como un cobarde―le dije.―prefiero morir como un buen soldado.
―Es una orden, hazme caso, tírate.
Hice caso, corrí hacia la orilla de la isla mientras las saetas me venían. Por suerte ninguna de ellas penetraba en mis pieles. Corrí y corrí y al llegar salté. Pensaba en mi muerte, en mis gentes, en mi vida...Pero de repente una corriente cristalina se forma debajo de mí. Impacté con ella y ese impacto me dejo inconsciente. No sé durante cuanto tiempo, pero al despertar me hallé en un pueblo granjero. Cerca de mí había una nota:
"Estimado soldado, gracias por darlo todo por mí. Hice una corriente para que te trajera a salvo. No eramos lo suficiente para ganar. Tú estate tranquilo, un día volverás conmigo, con mejores hombres y en mejores condiciones. Mientras tanto entrena en lugares de mucho calor, en lugares de mucha tormenta, en lugares muy forestales,...en lugares muy peligrosos para estar a sus alturas. Nos vemos en un futuro."
Supuse que era de Poseidón. Estuve una noche en ese pueblo y luego emprendí mi camino. Había oído de un lugar en el que la gente como yo entrenaba en solitario. Mientra me dirigía a ese lugar, me pregunté porqué me quiso Poseidón. Hay gentes hechas de carne, de madera,...e incluso de dulces. Pero yo estoy hecho de fuego. ¿Quería Poseidón usar el fuego para luchar contra el fuego?

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