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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

jueves, 7 de mayo de 2015

Un Musha diferente.[Guerras Celestiales]

7 de mayo de 2015, jueves:
El camino seguía adelante, siempre se trata de un camino de rosales en el que a veces se pisaban los pétalos, pero otras veces las espinas. Y para olvidar la última de aquellas espinas tenía que ganar otra batalla y aliviar la derrota anterior.
Me puse rumbo al ocaso para buscar la nueva batalla en solitario. De modo que mientras mi compañero dormía bajo la luna, yo me fui sigilosamente en busca de una por individual. Y la encontré.Al situarme sobre la vitrina se me transportó a un escenario peculiar, un escenario bajo el sol y lleno de arena y cactus. Se trataba de un desierto.
Comenzó la cuenta atrás. Las vitrinas se abrieron y los doce luchadores caímos en las islas, cada uno en la suya propia. Abrí el primer cofre. Bien, armadura adamantina. Un buen comenzar. Y además había empezado con una espada de hierro afiladísimo. Bajé a la parte inferior y me percaté que estaba sellada por troncos. Tuve que cortarlos, y no llevaba hacha así que era difícil. Pero pude llegar al segundo cofre, ahí había una, la cual utilicé para cortar el resto de madera.
Subí y vi que la matanza había empezado. Los demás no me habían esperado. Miré a mis lados, el hombre de mi izquierda huía, y, al parecer, era de mí. No tenía mucho. Así que mientras construía el puente hacia la isla vecina, le arrojé un huevo para que se lastimara y perdiese el equilibrio para caer al vacío. Acerté con suerte.
Acto seguido me fijé en mis manos, en mis pies, en mi cara,... Había cambiado. Al parecer las llamas que me rodeaban se habían unido a la luz del sol y a su calor y formar una especie de luz amplificada por la emisión estimulada de radiación. Aunque a veces parecía sangre. Me moví a su isla, y encontré unas botas de oro, las cuales cogí sin preguntar (el ya estaba muerto, así que...). Me moví a la siguiente y nada, pero ya tenía hecho un puente de piedra hacia la siguiente.
Avancé a la siguiente, baje a la parte inferior, ahí estaban unas botas de diamante y un gorro de cuero (hacía calor, así que el gorro iba muy bien). Me los puse y me di cuenta de que solo quedábamos dos.
Vi como se acercaba. Yo me acercaba a él. Frené. Preparé una de mis trampas. Pero cuando me di la vuelta para ver dónde se hallaba, vi que había caído al vacío.
Empecé a cantar victoria, pero fue pronto. Era un brujo. Tras caer volvió a aparecer en el puente de manera intacta.
Vino corriendo a mí. Empezamos a darnos con la espada, cada uno llevaba una idéntica a la del otro. Yo le corté a él. Él me cortó a mí. Tirabuzones, estocadas, impactos, esquivos,... Era una lucha a muerte. Pero el ansiaba la victoria más que yo, realizó una estocada que no esquive, una estocada que me travesó el pecho y que me hacía débil, los ojo se nublaban. Notaba como la sangre se volvía fría, notaba como caía al suelo.
Acto seguido, desperté. Estaba en el bosque, en el pequeño campamento que me había montado con mi amigo. Al parecer todo había sido un sueño. Vi mis manos y volvían a estar llameantes. Fue un susto, pero también fue una advertencia.

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