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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

martes, 25 de abril de 2017

3-El encuentro

En algún lugar del mundo, 13 de abril de 2015.
En una sala a oscuras, había un sujeto sentado en una silla de metal con una mesa enfrente, de misma materia. Ese sujeto vestía con un sobretodo negro, estaba cubierto por una capucha, sus manos por unos guantes y sus pies por unas botas, ambos de igual color.
En ese momento, un hombre de mediana edad, calvo, con varias cicatrices en el rostro, entró en la sala.
—Vaya—empezó el hombre,—desde que empecé mi carrera como soldado he visto cosas, y poco a poco se superaban de forma frecuente. Puede que no seas La Saeta Ardiente, pero ya has batido su récord, le has dejado el listón bien alto.
En ese momento, el sujeto encapuchado pensó: “así que Kasai Maguma está en esta dimensión”.
—Has matado a mil habitantes de la ciudad de Sant Cugat del Vallés en menos de tres minutos—continuó el hombre calvo.
—Bueno—empezó a contestar el encapuchado,—este mundo está sucio, como el mío, pero éste lo está más. Así que decidí haceros un favor.
—He buscado información sobre alguien como tú. Pero no he encontrado nada. Admito que me ha sorprendido que vinieras por las buenas.
—Se veía en la cara que algo quieres ofrecer.
—En un inicio tenía mis dudas, pero luego de buscar, he encontrado algo interesante. Una especie de mago trascendental me ha dado toda la información acerca de ti, Qwerty.
—¿En serio?
—Creo que tu última hazaña fue destruir un agujero negro, eso dice demasiado.
—Veo que sí está al tanto.
—Como bien has dicho, tengo algo que ofrecer, sé los precios que pones y no hay problema.
—¿Qué debo hacer?
—Es muy sencillo—empezó el hombre de nuevo,—para ti. Hace un mes que dos seres con la energía de un dios empezaron a tomarse encuentros muy bélicos que dejan las zonas por las que pasan demasiado destruidas.
—Eso es interesante.
—Cada vez que llegamos, uno de ellos, el que porta una sierra de cadena en el brazo, huye, mientras el otro le persigue.
—Vaya, decepcionante es el cobarde.
—Pero sabemos que él tiene un súbdito, uno que viste de la muerte el cual le hace el trabajo sucio.
—Y quiere que acabe con ellos.
—Solo que termine sus encuentros, nos da igual la forma en que acabe. El precio supera las ocho cifras.
En ese momento Qwerty se quitó la capucha dejando ver su rostro, y como bien sabemos es Musha[1].
—¿Cuándo empiezo?—preguntó Musha sonriendo, mostrando sus ojos inyectados en sangre.
—Encantado de hacer negocios Musha, soy el Capitán General Hugo Sota. Puedes empezar ya.
—Bien, preparen el botín, hace rato que los he detectado en la latitud 13 4 15 y en la longitud 13 4 15.

Desierto del Sáhara, 13 de abril de 2015.
Aleix llegó a ese punto y vio a su hermano, R, mirando hacia el oeste.
—No has tardado, como siempre—dijo R.
—Hay que terminar esto—le dijo Aleix.
—Siempre lo dices, y nos liamos a palazos mientras ese ejército llega, luego yo me voy y tu me sigues.
—Esta vez te detendré.
—Por cierto, hace tiempo que te veo muy solo, ¿y tu novia?
—Mercé no es mi novia.
—Bueno pues tu amiga.
—Ya sabes lo que pasó.
—¡Ah!, reventó su avatar. Así que estás solo.
—Como tú.
—La verdad, no—rió R,—esta vez traigo un amigo.
En ese momento, del cielo cayó alguien vestido como la muerte, sin la guadaña. Era Ghost.
—Charlad a solas, yo tengo algo por hacer—dijo marchándose R.
En ese momento Ghost le lanzó varias bolas de fuego a Aleix, éste las paró con su sable de fuego, Aleix fue a ras de suelo y a una gran velocidad a golpearlo con su sable, pero Ghost paró el golpe transformando su mano derecho en un cuchillo. Ghost cerró la mano e intentó golpear a su oponente, pero Aleix le cogió el brazo a tiempo.
—Mira—dijo el español,—quieras o no tengo que detenerle, esta planeando algo terrible, y este mundo es diferente, aquí habita gente, no se de donde eres, pero sí sé que vienes del mismo lugar del que vengo, este mundo es como el nuestro, pero con cosas más increíbles.
—No es más que una farsa—dijo Ghost,—nunca le detendrás.
En ese momento, entre los dos surgió una onda expansiva que los empujó en lados opuestos. De esa Onda surgió una pequeña pero intensa luz. La luz estalló, dejando ver una figura oculta en un sobretodo negro. Musha.

Continuará.

[1] véase La Leyenda de Musha (primer capítulo)

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