La pareja empezó a avanzar por
ese largo desfiladero, corriendo por los caminos que se formaban por
esas paredes, cruzando por las rocas flotantes formando puentes de
fuego cuando podían.
Pocos minutos más tarde,
llegaron a una de las rocas flotantes, la más grande del
desfiladero, pero ésta era diferente. La roca tenía allanada la
parte superior, aunque era algo rugosa.
—¿Sientes algo?—preguntó
Ora.
—Al parecer el calor de antes
ha desaparecido, sin embargo noto una presencia, caliente pero no es
fuego—le respondió Kasai,—también noto como una presencia
demasiado fría se acerca por el lado contrario.
—¿Que son?
—La caliente esta al caer,
pero la otra está lejos, mucho más lejos. Parece que esa no viene
hacia aquí...perdón, a corregido el rumbo y viene directo aquí.
En ese momento, Ora desenvainó
su espada mientras Kasai empezó a arder con potencia. Unos segundos
más tarde, salieron trece rayos de trece puntos distintos en esa
plataforma. Los rayos eran blancos, se dirigían hacia el centro,
uniéndose por el camino, hasta que solo formasen un único centro.
De ese centro apareció un
centro semejante a Kasai, cubierto por rayos blancos y entonando una
sonrisa maligna.
—Electro—dijo Kasai.
—¿Electro?—preguntó Ora.
—Otro proyecto de Átomo, solo
que lanza rayos blancos capaces de desintegrar todo lo que tocan.
En ese momento, Electro empezó
a lanzar rayos hacia Kasai, los cuales éste podía evitar con su
velocidad. Estuvieron unos minutos así, hasta que Electro cambió de
objetivo. Miró a Ora y le lanzó un rayo. Ella lo pudo esquivar con
dificultad.
—¡Ora!—gritó Kasai
mientras iba a socorrerla.
Kasai agarró a su esposa por
varios lados de su cuerpo y empezó a volar yendo a la máxima
velocidad que podía. Electro les siguió corriendo por las paredes
del desfiladero, saltando entre las rocas.
—Nos alcanza—dijo Ora.
—Y no solo él—corrigió
Kasai,—la presencia fría está al caer.
Electro volvió a atacar. El
rayo fue directo hacia la pareja. Ora veía como se acercaba. Pero de
repente el rayo impactó, no en ellos. La esencia fría de la que
hablaba Kasai apareció en ese momento, deteniendo el rayo con su
mano derecha.
—¡Kasai!—gritó Ora
señalando al individuo.
Éste vestía una camiseta
blanca con un chaleco negro, pantalones y botas del mismo color.
Guantes negros en las manos, Gafas de sol con varias púas y un
cabello corto y moreno.
—¿Musha?—preguntó
Kasai,—no puede ser él.
Electro empezó a lanzarle rayos
a Musha, los cuales éste los paraba con las manos, sin provocar
efecto en su cuerpo. Musha bajó el brazo dejando que Electro le
tirase un último rayo. Éste lo hizo.
El rayo impactó en la sombra y
empezó a rodearle por todo el cuerpo.
—Iluso, tus rayos de electro
solo afectan a los que estén hechos de materia, sin embargo yo soy
pura oscuridad, y la oscuridad es la nada—le dijo Musha a Electro.
En ese momento, todos los rayos
que cubrían a Musha empezaron a dirigirse a su mano derecha. Musha
fue a por Electro, gritando la palabra “Alamandina” mientras daba
un golpe con cada sílaba de esa palabra, terminado con un gran rayo
láser en la última.
El láser dio de lleno en
Electro, el cual era empujado por éste hasta chocar con el suelo.
Musha mantuvo el rayo bastante tiempo, hasta que decidió que era
suficiente. Vio como Electro se levantaba moribundo. Musha se
apareció ante él, le cogió del cuello y poco a poco fue
desintegrando a Electro hasta que no quedase su rastro eléctrico.
Cuando terminó, miró a Kasai y a Ora y les dejó una sonrisa
amistosa.
Continuará.