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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

martes, 28 de marzo de 2017

1-El fantasma entra en sueño.

Los Ángeles, 16 de noviembre de 2016.
Giovanni Socrate, conocido como Ghost, vestía sus atuendos que constaban de un sobretodo negro, una máscara en forma de calavera y más ropa negra, con un gran inventario de artilugios. Estaba sentado en una banqueta, tenía una gran serie de taquillas detrás. Se decidió a abrir una cuando la agente Rose, una fiel aliada que se había ganado cuando se unieron para desactivar una bomba química y evitar una posible epidemia, entró en la sala.
—Así que estrenarás las operaciones extraoficiales, ¿eh?
Avete Sentio—dijo Ghost con su acento italiano.
—Tienes que dar tu nombre real, fantasmón.
—Lo sé.
—¿Por qué te cuesta decirlo, Giovanni?
—¿Cómo lo sabes?—le preguntó sorprendido.
—Estuviste charlando un buen rato con él—dijo ellas,—así que tenía que intentarlo.
Ghost no lo podía creer, ella le había descubierto solo con una pregunta para poder afirmar su teoría.
—Me has cogido in flagrante.
En ese momento, La agente Rose se sentó a su lado y miró por los agujeros de su máscara.
—Debió de ser duro descubrir que tu hermano era un terrorista.
Ghost se quitó la capucha, al mismo tiempo se quitó la máscara y dejó mostrar su rostro, tenía los ojos verdes y era calvo, probablemente se había rasurado la cabeza. También tenía cicatrices que parecían provocadas por cortes y balas, al mismo tiempo que alguna quemadura.
—Lo cierto es que sí.
—Pero, siendo como eres, ¿cómo has aceptado la oferta?
—Tu jefe, muy amable, ha contactado con vuestro secretario de defensa. Ahora toda nueva arma creada tendré que evaluarla para que no sea como temo, ahora bien, siempre y cuando respete sus directrices.
En ese momento se abrió la puerta de nuevo, por ella pasó una figura siniestra de pelo negro con uno de los mechones color platino. Unos ojos verdes y en su sonrisa se dibujaba el mal. Era R.
—Perdone agente, me han dicho que el Señor Socrate estaría aquí—dijo R,—el capitán ha requerido mis servicios para hacer una evaluación privada.
—En seguida salgo—dijo, después se dirigió a Ghost—nos vemos.
Acto seguido se levantó y se marchó. Ghost se colocó su máscara y su capucha.
—Bueno, ¿empezamos?—preguntó.
En ese preciso instante, R cerró la puerta de forma que nadie pudiese entrar o salir, se colocó una mascarilla contra el gas y dejó caer unas granadas. Las granadas empezaron a dejar un gas somnífero. Ghost intentó evitar dormirse, pero de nada le sirvió, lentamente su cuerpo iba cediendo.
—Pronto, Ghost, pronto—terminó diciendo R.

* * *

Base secreta de los Pro38, 10 de diciembre de 2016.
Hacía tiempo que Aleix había iniciado un curso en infórmatica, el cual alternaba con su nuevo trabajo como soldador de componentes en placas de circuitos electrónicos impresas. Ese día, fue traído de forma voluntaria de nuevo a la sede de los Pro38. Por suerte, estaba en unas ligeras vacaciones de una semana.
—¿Qué sucede?—preguntó cuando vio a Pro.
—Tu hermano.
—¿No le teníais preso?
—Se fugó. Pero ahora a conseguido volver dentro de otra forma. Pero...
—¿Pero qué?
—Ya no es un mundo dimensional, Aleix.
—¿Qué?
—Cuando tú lo desintegraste, alguien reconstruyó ese polvo y creó una especie de cadena de subdimensiones. La principal ocupa el setenta y ocho por ciento del total, y no solo es muy similar a la nuestra, sino que es igual de grande.
—Genial, un mundo aún más grande.
—Pero dividido, por suerte, tu hermano está en una de las más pequeñas, una que ocupa solo un cero coma trece por ciento. Ha iniciado dos Sueños Asaéticos para el trece de marzo de dos mil quince de esa parte.
—No va solo.
—Te enviaremos de vuelta, evitarás lo que trame.
—Como no.
—Por suerte, los cambios no son muchos. Cómo en el mundo anterior lo creo tu hermano, tu eras como un dios allí. Y aunque no sepamos quién ha tocado esa dimensión, sabemos que mantienes ese rango, e incluso puede que seas más poderoso.
—Sabes que solo creo en un Dios. Ese al que rezo y que encomiendo para que me devuelva a mi hermano tal y como era antes de toda esta pesadilla.
—Por el momento, él y su acompañante siguen allí. Todavía no ha cesado el sueño de cada uno.
—Metedme en cuanto antes.
Unos momentos más tarde, Aleix volvía a estar en esas cabinas cilíndricas. A punto de volver a entrar en el Sueño Asaético y trasladarse de forma interdimensional. EN ese momento, Pro empezó a decir las mismas órdenes que Aleix escuchó en su primer salto, cuando era acompañado por su mejor amiga y más fiel compañera. Pero Mercé no podía estar allí, en primer lugar seguía con su carrera de psicología, y después, si avatar fue destruido por ella misma.
En unos momentos, Aleix ya estaba dentro del sueño. Pero al parecer, un soldado de los Pro38, llamado Káiser, encontró algo que parecían malas noticias.
—Señor, hay algo que no le va a gustar.
—¿Qué?
—He encontrado a alguien que, es mucho más peligroso que R.
—¿Quien?
—Alguien de la sección principal de la cadena de subdimensiones. Se ha ganado su nombre y su reputación por la muerte de siete mil millones de personas en esa sección, sin contar otras criaturas. Su nombre es Musha.
—Bueno, mientras no vaya a la sección donde está Aleix no importa.
—Ese es el problema. El veinte de febrero de dos mil trece, en su sección, surgió un inconveniente con un agujero negro. Pudo destrozarlo haciendo una paradoja temporal, pero ese agujero lo llevó al trece de abril de dos mil quince de la sección en la que está nuestro amigo.
—Pues recemos para que Aleix siga siendo tan rápido, me da que si llegamos a esa fecha, todo habrá terminado.
—¿Cree que podría venir?
—Esperemos que no.

Continuará.


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