En
ese momento, las cuatro Saetas Ardientes empezaron a buscar esa voz.
De repente del techo aparecieron tres seres. El primero era una mujer
de veinte años, de piel sahariana, era Mercé Agraéixer. Otro de
los seres también era fémina, un ángel de veinte años, de traje
blanco y alas de luz con la piel oscura. Se llamaba Andes. El último
era un ser misterioso, llevaba un mono negro, unas botas blancas,
unos guantes de mismo color y algo semejante a un sobretodo blanco,
con capucha pero sin mangas. Su frente estaba cubierta por una
calavera, lo único que se veía era el mentón.
—Mercé,
cuanto tiempo sin verte—dijo la voz.
—Lo mismo digo, R—dijo ella.
—Por lo menos alguien ya me
llama así.
—Porque ya no te reconozco, no
pareces el hermano de mi mejor amigo.
—Me da igual lo que penséis
tu noviete y tú, pero ya que estás aquí, aprovecharé para hacerle
daño psicológico a Aleix. Pero antes de nada, veo que te has traído
a Phantom, contigo, pero no conozco a la chica ángel.
—Si te lo dijéramos, no nos
creerías—le dijo Phantom.
—Tampoco es que me importe
mucho, y ahora disculpadme, tengo asuntos más importantes que
atender que tres mujeres fuera de lugar. Así que me llevaré a mis
chicos.
En ese momento Fajro, Focu y
Moto usaron una piroportación
para irse de aquel lugar. Mercé se quedó mirando al techo mientras
Phantom preguntaba:
—¿Siempre
es así de machista?
—Pues
aún no has visto nada—le
dijo Mercé.
—Entiendo
porque Musha se lo cargó—dijo
el ángel, luego se dirigió a Kasai,—¿nos
hemos visto antes?
—Quizá,
no sé—le contestó,
después se dirigió a las tres:—Gracias
por la ayuda, pero ya me las apañaba, además he perdido la
oportunidad de...
—¿De
qué—preguntó el ángel.
—No
lo entenderías.
—Ah
bueno—volvió el
ángel,—pero parece que
tienes cuentas con “don gruñón”.
—Será
mejor que vuelva con los míos—dijo
Kasai.
—Os
llevaremos en un santiamén—dijo
Phantom.
—Gracias
pero no—le contestó
Kasai.
—No
era una pregunta—dijo
Mercé,—¿dónde vives?
—No
puedo decíroslo—dijo
Kasai.
—¿Y
una dirección?—preguntó
Andes.
—41º
26' 43'' hacia el norte, 2º 6' 28'' hacia el este.
En ese momento, Kasai se vio en
el jardín de su casa, con las tres mujeres y sus dos amigos.
—Espera,
¿cómo hemos llegado?—preguntó
Kasai.
—Velocidad
luz—dijo el ángel.
—Es
un ángel de electra,
seres de luz y electricidad—dijo
Mercé.
—¿Y
cómo sabías que ellos eran mis amigos?—señaló
a Ram y Wild.
—Deducción,
estaban en la entrada y eran los únicos en la zona—contestó
de nuevo el ángel.
En ese momento salió Suta de la
casa perseguida por Ora.
—Papá—gritó
Suta yéndose a sus brazos.
—Kasai,
¿quienes son?—preguntó
Ora.
—Es
verdad nonos hemos presentado—dijo
Mercé,—soy Mercé
Agraéixer, estudiante de psicología y corredora de montañas.
—Kasai
Maguma, la Saeta Ardiente.
—Ramrod
Dansu, especialista en el sonido.
—William
Wild, bestia única—dijo
Willy, después se dirigió al ángel,—tú
ya me entiendes.
—Phantom,
agente especial.
—Ora
Tenshi, sacerdotisa y la esposa de Kasai.
—Y
yo me llamo Suta—dijo
Suta.
—María
Regi, conocida como Andes—dijo
el ángel.
—¿Es
por ir más blanca que la cordillera?—preguntó
Willy,—porque me encanta
tu blancura.
—En
realidad es una abreviación de Ángel Destructor—dijo
Andes.
—¿Y
qué hacías con R?—preguntó
Mercé.
—Tiene
a mi hijo—dijo Kasai.
—Lo
siento—dijo Andes,—si
perdiese a uno de mis hijo no sé que haría.
—Pero
tu marido sí—dijo
Phantom.
—Es
verdad, se pondría a matar hasta encontrarlo—dijo
Andes.
—Típico
de él—dijo Mercé.
—¿Y
vosotras?—preguntó
Kasai.
—Buscando
a tres personas—contesto
Andes.
—Mi
compañero, el novio de Mercé y el marido de Andes—continuó
Phantom.
—No
es mi novio—se
quejó Mercé,—solo
estamos decidiendo nuestra relación. Además, que Musha nos hiciese
besarnos no significa nada.
—Espera,
¿en serio hizo eso?—pregunto
Kasai,—de
él me espero muerte y destrucción, no romances.
—¿Conoces
a Musha?—pregunto
Andes.
—Sí,
le ha dado varias tundas—dijo
Ram.
—Y
su hermano, Edma13—continuó
Wild.
—Ambos
son unas bestias pardas—acabó
Kasai.
—Estás
hablando de mi marido y mi cuñado—le
dijo Andes.
En ese momento, Kasai, Ora, Ram
y Willy se quedaron Boquiabiertos.
—¿Que
sucede?—preguntó
Andes.
—Supongo
que Edma es el marido, ¿no?—dijo
Kasa temblando.
—No,
es el cuñado—contestó
Andes.
En
esos momentos, los cuatro cayeron al suelo desmayados. Suta corrió a
sus padres y empezó a menearlos.
—Los
habéis matado, malas, niñas malas—dijo
Suta.
Andes metió corriendo a los
cuatro en casa y luego volvió.
—¿Que
hacemos con la niña?—preguntó
Phantom.
—Cuidarla
hasta que sus padres despierten, o uno de los amigos—contestó
Andes.
—De
eso te encargas tú, ya eres experta, ¿no?—le
dijo Mercé bromeando.
—Cagundena—dijo
Andes.
Continuará.