Unas
horas más tarde, en el parque temático de AzaetWorld,
los tres agentes y Ghost estaban corriendo por cada zona del
establecimiento mientras la gente lo abandonaba desesperada.
—Mamma mia,
cuando se dice lasciare
con calma il parco la
gente lo interpretano
grande—ironizó Ghost.
—Si
la gente sigue así, no pillaremos al pesadillón
en la vida—dijo Pómez.
—¿Y si disparamos al
aire?—preguntó Williams.
—Eso le alertaría—dijo
Rose,—mejor separase en dos equipos, Williams y Pómez registrad la
mitad este de norte a sur, nosotros haremos lo mismo con la oeste.
Los dos agentes varones se
fueron directamente al este del parque, mientras, Ghost no paraba de
mirar el centro del parque.
—Ghost, vamos.
—Si
queremos pillarlo, habrá que pensare
come lui.
—¿Cuántas
partes tiene il parco?
—Seis.
—Exacto,¿y cuáles son?
—Cada una está dedicada a uno
de los cuatro elementos más la luz y la oscuridad.
—Que
yo entienda, la luce está
en centro y...
—La oscuridad debajo de ella,
pero no te sigo.
—Que
el 70& de los visitantes son bambini
e adolescenti.
—Y la zona infantil es la que
representa a la luz, y la de la oscuridad es la más atraída por los
jóvenes.
—Por lo que seguro que está
allí.
—Pero apostamos fuerte.
—Il
parco es cuadrado,
dejarlo intorno a quella
zona se asegura afectar
a más gente. Además, según los análisis que tenéis, questa
volta podría causar la
epidemia. Tú decides, seguir o cambiar.
—La verdad es que te hemos
traído por algo, si crees que debemos ir allí,iremos, los
criminales pensáis de misma forma.
—Típica opinión de poli.
Ghost y la agente Rose fueron
directos al centro del parque, donde estaba la zona infantil.
Llegaron a un gran tiovivo, en el cual cada uno rodearon por un lado
diferente mientras la agente sujetaba su pistola y Ghost tenía la
mano alzada.
Cuando terminaron de dar la
vuelta al tiovivo, vieron una plaza con un montón de restaurantes
diferentes.
—Parece el mejor lugar—dijo
Rose.
—Yo izquierda, tú derecha.
Cada uno por un lado de la
plaza, fueron abriendo los locales y regisrtándolos uno por uno.
Llegando por el medio, Ghost notó algo.
—Agente Rose, creo que he
visto algo—le dijo a trave´s del intercomunicador.
—¿Necesitas apoyo?
—Ya te avisaré.
Ghost fue a la barra, saltó en
cima y miró a dentro. Vio un hombre con un rostro que le sonaba.
Nota
del autor: en esta parte transcurre una conversación en italiano, la
cual se ha escrito en castellano para tener una mejor comprensión (y
no mezclar idiomas como antes con Google Traductor xd).
—¿Francesco?—dijo
Ghost.
—¿Nos conocemos?—preguntó
el hombre, de pelo rubio y ojos verdes.
Ghost se bajó su capucha y se
quitó su máscara de calavera para dejar un rostro exacto al del
hombre, salvo que era calvo.
—Giovanni, ¿de verdad eres
tú?—le dijo Francesco.
—Sí hermano.
—¿Y cómo estás?
—Bastante bien últimamente la
verdad—le contestó Ghost,—¿pero no tendrías que estar en Alba
cuidando a mamá?
—Mamá murió hace unos meses,
quise decirtelo pero no sabía cómo, no había manera de contactar.
En ese momento Ghost se sentó
en una silla.
—Giovanni, no es culpa tuya.
—No, sí lo es, podría haber
estado allí pero...simpre he tenido mi meta en la cabeza.
—Tranquilo, esté donde esté,
ella lo sabrá de cualquier forma.
—Seguramente.
—Y veo que eres el fantasma
que aterroriza a los estadounidenses—dijo Francesco intentando
cambiar de tema.
—Lo era, y era solo al
ejército.
—Ah,¿y ahora que haces?
—Me gustaría decírtelo, pero
no puedo.
—Tengo una idea, yo te digo en
lo que trabajo, y tú haces lo mismo.
—Puede funcionar.
En ese momento, Francesco se
llevó a su hermano a las cocinas del restaurante y le enseñó un
gran aparato.
—¿Qué es eso?—preguntó
Ghost temiéndose lo pero.
—Una bomba química, liberará
un virus que causará las peores alucinaciones sobre los mayores
temores de aquél que esté infectado, últimamente he mejorado la
fórmula.
—Nightmare—susurró Ghost.
—Sí, así lo llaman los polis
y otras organizaciones.
—Me toca—dijo Ghost.
Francesco terminó de conectar
unos cables y se giró para ver a su hermano, Ghost se había puesto
la capucha y la máscara de nuevo. Ghost levantó la mano y disparó
el táser.
Ftrancesco cayó al suelo con
poca consciencia mientras Ghost se dirigía a su intercomunicador.
—Agentes, le tengo.
Ghost oyó como los demás
decían que iban en seguida.
—Trabajas para ellos—dijo
Francesco.
—Por el momento—le contestó
Ghost mientras dejaba su mano alzada.
—Pero, ¿cómo puedes?, tú y
yo hacemos lo mismo.
—Te equivocas, mis motivos
eran para proteger a los demás de las futuras armas que podrían
causar daños, no solo a la humanidad, sino al mundo y a su
naturaleza.
—Y yo solo quería eliminar a
aquellos humanos que causan esos defectos. Es lo mismo.
—Pero siempre hay otros
medios, yo acabo de descubrirlo, pero tu lo harás entre rejas.
Ghost miró por la puerta para
ver si Rose venía ya, porque suponía que los otros dos estaban más
lejos. Francesco, que se había recuperado de su shock eléctrico,
aprovechó y le lanzó una llave grifa. La herramienta le dio a Ghost
en el cráneo haciendo que se cayese. Francesco se abalanzó sobre su
hermano, pero Ghost lo esquivo, y sacando su pequeño cuchillo le
rajó una mejilla.
Francesco, en ese momento sacó
dos cosas de su abrigo, la primera parecía un pulsador, y la segunda
una jeringuilla con un contenido amarillo.
—¡Basta Giovanni!, guardaba
esto para emergencia.
—¿Vas a detonarla?
—Lo iba a hacer fuera del
parque, pero me traje la cura por si acaso tenía que detonarla
estando yo cerca, tu decides, dejarme ir o seguir la lucha.
—En cualquier caso la
detonarás.
—Claro que sí pero...
En ese momento Francesco notó
como algo le travesaba el cráneo de lado a lado. Ghost vio como le
saía sangre sin parar, como sus manos se abrían dejando ir el
detonador y la cura.
Ghost saltó hacia el líquido.
De milagro pudo cogerlo. Después se levantó y miró, vio como Rose
estaba través de un cristal con un agujero de bala.
—¿Estás bien?—le preguntó
Rose.
—Molto bene.
* * *
Nota
del autor: ahora volvemos al castellano original, con el acento
italiano de Ghost.
Habían pasado unas horas, los
forenses habían llegado y estaban analizando el escenario. Fuera
estaba sentado Ghost mirando todo el trabajo que hacían los demás.
De repente, la agente Rose se le acerca sujetando dos cafés.
—¿Café?—le preguntó Rose
ofreciendo uno.
—No gracias.
—Se
lo daré a Pómez—dijo
Rose, luego añadió:—¿Qué ha pasado dentro?, como no has podido
con él dado tu historial?
Ghost
hizo un gesto de ignorancia.
—Bueno,
las cosas pasan—Rose, al decir esto, se dio cuenta de algo y
exclamó:—!espera!, tú le conocías.
—Eso
creía.
En
ese momento, Pómez apareció, Rose le dio el café, que Pómez
aceptó amablemente y después él empezó a hablar.
—Nuestra
supuesta “pesadilla” se llamaba Francesco María Socrate,
italiano, de veinticinco años. Vivía en Alba hasta que su madre
falleció y a partir de allí desapareció.
—¿Algún
familiar vivo?—preguntó Rose.
—Solo
uno, su hermano gemelo, Giovanni Luigi Socrate, intentamos contactar
con el pero parece imposible—contestó Pómez,—Por cierto, tengo
dos noticias, la primera es que gracias a la cura, tardarán solo un
par de días en replicarla y dársela a los pacientes que han sufrido
el virus cuando era leve o medio leve si se me permite decir.
—¿Y
la otra?—preguntó Rose.
—El
capitán quiere hablar con Ghost—terminó Pómez, después se
marchó.
—Siempre
debe de haber una mala tras la buena, perché?—termino
Ghost mientras Rose se reía.
FIN
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