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Pestañas (Basta con pasar el ratón)

martes, 27 de diciembre de 2016

3-Toda pesadilla tiene un fantasma.

Unas horas más tarde, en el parque temático de AzaetWorld, los tres agentes y Ghost estaban corriendo por cada zona del establecimiento mientras la gente lo abandonaba desesperada.
Mamma mia, cuando se dice lasciare con calma il parco la gente lo interpretano grande—ironizó Ghost.
—Si la gente sigue así, no pillaremos al pesadillón en la vida—dijo Pómez.
—¿Y si disparamos al aire?—preguntó Williams.
—Eso le alertaría—dijo Rose,—mejor separase en dos equipos, Williams y Pómez registrad la mitad este de norte a sur, nosotros haremos lo mismo con la oeste.
Los dos agentes varones se fueron directamente al este del parque, mientras, Ghost no paraba de mirar el centro del parque.
—Ghost, vamos.
—Si queremos pillarlo, habrá que pensare come lui.
—¿Cuántas partes tiene il parco?
—Seis.
—Exacto,¿y cuáles son?
—Cada una está dedicada a uno de los cuatro elementos más la luz y la oscuridad.
—Que yo entienda, la luce está en centro y...
—La oscuridad debajo de ella, pero no te sigo.
—Que el 70& de los visitantes son bambini e adolescenti.
—Y la zona infantil es la que representa a la luz, y la de la oscuridad es la más atraída por los jóvenes.
—Por lo que seguro que está allí.
—Pero apostamos fuerte.
Il parco es cuadrado, dejarlo intorno a quella zona se asegura afectar a más gente. Además, según los análisis que tenéis, questa volta podría causar la epidemia. Tú decides, seguir o cambiar.
—La verdad es que te hemos traído por algo, si crees que debemos ir allí,iremos, los criminales pensáis de misma forma.
—Típica opinión de poli.
Ghost y la agente Rose fueron directos al centro del parque, donde estaba la zona infantil. Llegaron a un gran tiovivo, en el cual cada uno rodearon por un lado diferente mientras la agente sujetaba su pistola y Ghost tenía la mano alzada.
Cuando terminaron de dar la vuelta al tiovivo, vieron una plaza con un montón de restaurantes diferentes.
—Parece el mejor lugar—dijo Rose.
—Yo izquierda, tú derecha.
Cada uno por un lado de la plaza, fueron abriendo los locales y regisrtándolos uno por uno. Llegando por el medio, Ghost notó algo.
—Agente Rose, creo que he visto algo—le dijo a trave´s del intercomunicador.
—¿Necesitas apoyo?
—Ya te avisaré.
Ghost fue a la barra, saltó en cima y miró a dentro. Vio un hombre con un rostro que le sonaba.

Nota del autor: en esta parte transcurre una conversación en italiano, la cual se ha escrito en castellano para tener una mejor comprensión (y no mezclar idiomas como antes con Google Traductor xd).

—¿Francesco?—dijo Ghost.
—¿Nos conocemos?—preguntó el hombre, de pelo rubio y ojos verdes.
Ghost se bajó su capucha y se quitó su máscara de calavera para dejar un rostro exacto al del hombre, salvo que era calvo.
—Giovanni, ¿de verdad eres tú?—le dijo Francesco.
—Sí hermano.
—¿Y cómo estás?
—Bastante bien últimamente la verdad—le contestó Ghost,—¿pero no tendrías que estar en Alba cuidando a mamá?
—Mamá murió hace unos meses, quise decirtelo pero no sabía cómo, no había manera de contactar.
En ese momento Ghost se sentó en una silla.
—Giovanni, no es culpa tuya.
—No, sí lo es, podría haber estado allí pero...simpre he tenido mi meta en la cabeza.
—Tranquilo, esté donde esté, ella lo sabrá de cualquier forma.
—Seguramente.
—Y veo que eres el fantasma que aterroriza a los estadounidenses—dijo Francesco intentando cambiar de tema.
—Lo era, y era solo al ejército.
—Ah,¿y ahora que haces?
—Me gustaría decírtelo, pero no puedo.
—Tengo una idea, yo te digo en lo que trabajo, y tú haces lo mismo.
—Puede funcionar.
En ese momento, Francesco se llevó a su hermano a las cocinas del restaurante y le enseñó un gran aparato.
—¿Qué es eso?—preguntó Ghost temiéndose lo pero.
—Una bomba química, liberará un virus que causará las peores alucinaciones sobre los mayores temores de aquél que esté infectado, últimamente he mejorado la fórmula.
—Nightmare—susurró Ghost.
—Sí, así lo llaman los polis y otras organizaciones.
—Me toca—dijo Ghost.
Francesco terminó de conectar unos cables y se giró para ver a su hermano, Ghost se había puesto la capucha y la máscara de nuevo. Ghost levantó la mano y disparó el táser.
Ftrancesco cayó al suelo con poca consciencia mientras Ghost se dirigía a su intercomunicador.
—Agentes, le tengo.
Ghost oyó como los demás decían que iban en seguida.
—Trabajas para ellos—dijo Francesco.
—Por el momento—le contestó Ghost mientras dejaba su mano alzada.
—Pero, ¿cómo puedes?, tú y yo hacemos lo mismo.
—Te equivocas, mis motivos eran para proteger a los demás de las futuras armas que podrían causar daños, no solo a la humanidad, sino al mundo y a su naturaleza.
—Y yo solo quería eliminar a aquellos humanos que causan esos defectos. Es lo mismo.
—Pero siempre hay otros medios, yo acabo de descubrirlo, pero tu lo harás entre rejas.
Ghost miró por la puerta para ver si Rose venía ya, porque suponía que los otros dos estaban más lejos. Francesco, que se había recuperado de su shock eléctrico, aprovechó y le lanzó una llave grifa. La herramienta le dio a Ghost en el cráneo haciendo que se cayese. Francesco se abalanzó sobre su hermano, pero Ghost lo esquivo, y sacando su pequeño cuchillo le rajó una mejilla.
Francesco, en ese momento sacó dos cosas de su abrigo, la primera parecía un pulsador, y la segunda una jeringuilla con un contenido amarillo.
—¡Basta Giovanni!, guardaba esto para emergencia.
—¿Vas a detonarla?
—Lo iba a hacer fuera del parque, pero me traje la cura por si acaso tenía que detonarla estando yo cerca, tu decides, dejarme ir o seguir la lucha.
—En cualquier caso la detonarás.
—Claro que sí pero...
En ese momento Francesco notó como algo le travesaba el cráneo de lado a lado. Ghost vio como le saía sangre sin parar, como sus manos se abrían dejando ir el detonador y la cura.
Ghost saltó hacia el líquido. De milagro pudo cogerlo. Después se levantó y miró, vio como Rose estaba través de un cristal con un agujero de bala.
—¿Estás bien?—le preguntó Rose.
Molto bene.

* * *

Nota del autor: ahora volvemos al castellano original, con el acento italiano de Ghost.

Habían pasado unas horas, los forenses habían llegado y estaban analizando el escenario. Fuera estaba sentado Ghost mirando todo el trabajo que hacían los demás. De repente, la agente Rose se le acerca sujetando dos cafés.
—¿Café?—le preguntó Rose ofreciendo uno.
—No gracias.
—Se lo daré a Pómez—dijo Rose, luego añadió:—¿Qué ha pasado dentro?, como no has podido con él dado tu historial?
Ghost hizo un gesto de ignorancia.
—Bueno, las cosas pasan—Rose, al decir esto, se dio cuenta de algo y exclamó:—!espera!, tú le conocías.
—Eso creía.
En ese momento, Pómez apareció, Rose le dio el café, que Pómez aceptó amablemente y después él empezó a hablar.
—Nuestra supuesta “pesadilla” se llamaba Francesco María Socrate, italiano, de veinticinco años. Vivía en Alba hasta que su madre falleció y a partir de allí desapareció.
—¿Algún familiar vivo?—preguntó Rose.
—Solo uno, su hermano gemelo, Giovanni Luigi Socrate, intentamos contactar con el pero parece imposible—contestó Pómez,—Por cierto, tengo dos noticias, la primera es que gracias a la cura, tardarán solo un par de días en replicarla y dársela a los pacientes que han sufrido el virus cuando era leve o medio leve si se me permite decir.
—¿Y la otra?—preguntó Rose.
—El capitán quiere hablar con Ghost—terminó Pómez, después se marchó.
—Siempre debe de haber una mala tras la buena, perché?—termino Ghost mientras Rose se reía.

FIN

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