En un lugar extraño,
con paredes y suelos que reflejaban el espacio, iba alguien
caminando. Ese alguien vestía de forma peculiar, pero especialmente
estaba cubierto por una extraña prenda que le cubría la espalda y
parte del cuerpo, dicha prenda tenía una capucha que tapaba su
rostro. Era el Maestro Saeta.
Cuando el maestro Saeta
termino el pasillo, entró en una sala blanco donde le esperaban dos
personas, una cubierta con un sobretodo blanco y otra con uno negro.
Al mismo tiempo habían dos pantallas, apagadas. Los dos encapuchados
se arrodillaron ante el Maestro Saeta.
—Maestro
Saeta—dijeron los dos,—¿qué sucesos han transcurrido para esta
llamada?
—Gran
Guardián de El Limbo, álzate—le dijo el Maestro Saeta al de
blanco. Éste obedeció.
—Maestro
de la Oscuridad, álzate—le dijo el Maestro Saeta al de negro.
También Obedeció.
—En
la última década han habido ciertos sucesos esparcidos por las
dimensiones de esta cadena—comenzó el Maestro Saeta de
nuevo,—sucesos llevados por gente con dotes. Es por ello que, para
tener un mejor control de la situación, quisiera consejo sobre una
idea.
—¿Que
idea, Gran Maestro?—preguntó el Guardián.
—Un
torneo, entre nuestra cadena de dimensiones y una dimensión que ha
contactado con la nuestra—contestó el Maestro Saeta.
—Buena
idea—entró el Maestro de la Oscuridad,—los eventos competitivos
suelen fomentar la amistad entre las sociedades, si decidís hacerlo,
contáis con mi aprobación.
—Estoy
de acuerdo contigo—comentó el Guardián,—pero, ¿estarán de
acuerdo los del otro lado?
—Eso
lo veremos ahora—concluyo el Maestro Saeta.
En
ese momento se encendieron las dos pantallas, mostrando en cada una a
una persona. En una había un señor afroamericano y en otra un joven
europeo.
—Saludos
y gracias por su paciencia—comentó el Maestro Saeta,—nos pueden
llamar Maestro Saeta, Maestro de la Oscuridad y Gran Guardián de El
Limbo.
—Con
Guardián me basta—afirmó el Guardián.
—Pueden
llamarme Pro—dijo el europeo.
—Y
yo soy capitán de una agencia, así que llamenme Capitán—comentó
el último.
—Bueno,
les he convocado para celebrar un torneo entre su dimensión y la
nuestra—empezó el Maestro Saeta.
—Buena
idea, ¿pero puede entrar en detalles?vpreguntó el capitán.
—Será
un torneo de lucha libre, cada uno con su disciplina, por su puesto
que habrá algunas reglas—empezó el Maestro Saeta,—habrán dos
partes, los combates por individual y los de equipo. Cada dimensión
tendrá dos equipos formados por cuatro personas. Ustedes pueden ser
sus representantes. Sue celebrará en un pequeño trozo de nuestra
dimensión, un universo de muy poco espacio y con pocos planetsa,
completamente habitable.
—Hay
un problema—comenzó Pro,—nosotros tenemos...
—Sé
de lo que hablas, el Sueño Asaético, habéis entrado aquí varias
veces y sé como funciona. No te preocupes, déjamelo a mí. Solo
elijan a sus participantes y luego avísenme.
—Sé
a quien elegir—dijo el Capitán.
—Y
yo, nos vemos en el torneo—dijo Pro.
Ambas
pantallas se apagaron, en ese momento, el Gran Guardián se adelantó.
—Preferiría
irme para elegir a los míos.
—Ve—le
dijo el Maestro Saeta.
El
Guardián desapareció en ese momento.
—Intuyó
a quien elegirás, viejo amigo—afirmó el Maestro Saeta.
—Que
bien me conoces—contestó el Maestro de la Oscuridad.
—¿Y
los otros tres?
—Una
leyenda, que ya sabes quien es, alguien de bien, alguien de mal y
alguien neutro para equilibrar la balanza.
—No
me elijas a alguien que haga arrepentirnos—opinó el Maestro Saeta.
—Eso
díselo a Pro—concluyó el Maestro de la Oscuridad.
El
Maestro de la Oscuridad desapareció en ese momento, al mismo tiempo
que una figura femenina cubierta en una capucha gris entraba en la
sala.
—Un
torneo, ¿estás seguro?—preguntó.
—Completamente,
Vendetta.
Vendetta
era una bruja, la Bruja Vendetta. Era la mejor amiga del Maestro
Saeta y ambos estaban en la cima de la jerarquía de su dimensión.
—Pero
falta algo—comenzó Saeta.
—¿Qué?—preguntó
Vendetta.
—Tengo
pensado emitir en directo en ambas dimensiones, así que alguien que
comente y que redacte una especie de noticiero no iría mal.
—Deja
que me encargue—le dijo Vendetta antes de irse.
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario