Buscar este blog

Pestañas (Basta con pasar el ratón)

sábado, 11 de julio de 2015

El mundo al revés [Guerras Celestales]

11 de Julio de 2015:
Llevaba tiempo sin una victoria en estas guerras tan únicas, pero hace poco noté que mi suerte estaba a punto de cambiar. Y lo hizo. Al fin lo hizo. Había vagado por todos los lugares posibles, cuando me tocaba ir solo no tenía mucha suerte, pero siempre que me tocaba el equipo las cosas se equilibraban, ya que yo necesito más manos.
Pero en ese día cambió todo, al fin volvía a volverme en pie en solitario, tenía que hacerlo ya que nadie estaba allí para ayudarme...Solo mis llamas y yo.
Mis cristales cianes me llevaron a un lugar muy peculiar. Todo estaba al revés. Todo: los árboles, las islas flotantes, las piedras,...Todo.
Se me dio un arco y diez saetas para empezar la batalla. Todo el mundo tenía lo suyo mientras empezaban a mirar en los cofres para protegerse yo decidí guardarme eso para más tarde. Miré a mi derecha y había un hombre, estaba al lado del borde de su isla, solo con darle me bastaba para que perdiese el punto de referencia y cayese al vacío que nos rodeaba. Lo conseguí. Hice lo mismo con el de la izquierda, pero era un reto, estaba bien cubierto.
Pero tenía un agujero, una oportunidad. Tensé mi arco, lo solté...Y fallé. Pero no me dí por vencido. Lo volví a a cargar, a tensar y a soltar. La fecha pasó por el agujero y le dio a aquél segundo hombre llevándolo al mismo lugar.
En aquél momento fui a equiparme, pues estaba sin nada. Mientras lo hacía vi que la gente se unía a la matanza que había empezado.¡Cuánta Sangría en esos escasos segundos! En mis tres únicos cofres solo habían dos cosas interesantes, un peto y una espada, las dos cosas eran adamantinas. Lo demás eran juguetes comparado con lo que mis oponentes llevaban. Y hablando de oponentes, solo me quedaban cuatro.
Me fui a las dos islas inhabitadas por mi culpa y encontré el resto de la armadura, un hacha y un pico que me llevé por si acaso y algo de alimentación, incluyendo esas dulces y preciosas manzanas doradas.
Salí a avistar a mis rivales, solo quedaban tres en ese momento. Vi a mi siguiente presa, a unas islas a mi izquierda. Pero él también me vio a mi.
De hecho, me lanzó una flecha justo cuando salí. Me esperaba. Pero hay algo que él no sabía, y es que soy rápido. Tanto, que la evité. Yo le respondí. Le dí, pero no se inmutó. Era un hombre duro de pelar para esta batalla dura de roer.Pero luego vi que alguien le hacía una "visita", y a mí igual. Cada uno de los dos se ocupó de sus visitantes con sus métodos, y aunque no viera los suyos, los míos era disparar sin parar. Era una mujer, mi atacante, pero mis contraataques la hicieron caer al vacío. Ya solo quedábamos dos. Mi presa y yo. Estuvimos mandándonos regalos en forma de flecha durante un buen rato, pero todos fueron rechazados.
Así que viendo mis ventajas sobre las suyas, me dí un rodeo hasta acabar en el centro. Encontré dos yunques de herrero, con los que hice que mi adamantina espada fuese de doble filo, más afilada que antes. Pero pude hacer algo más. Embrujarla. Cuerpo cortado con mi espada sería empujado a unos metros. En un lugar llano sería poco útil, pero ahí arriba era perfecto usar algo así.
Subí a la cima para ver donde estaba, se había movido, algo que seguía la norma de la huida. Intentaba hacer un puente hacia él, pero él me lo evitaba. Esperé un rato, esperando a que se moviese. Lo hizo. Justo cuando estaba en un puente le dí con una flecha, pero no perdió el equilibrio. Se metió en otra isla mientras yo seguía haciendo mi puente. Pero paré un momento. Él salía. Volvió a esa isla, a la que yo me dirigía, pero algo pasó. Se tropezó con algo, no supe el qué, pero se tropezó. Y esa torpeza me fue más que útil. Esa torpeza mató a ese hombre enviándolo al vacío, y eso me dio la victoria. La primera en mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario