Kasai y Ora bajaron hacia donde
estaba Musha. Éste les recibió pronunciando la siguiente frase:
—Veo que no me tenéis el
mismo miedo de antes.
—Es que hace unos momentos
hemos conocido a tu esposa—dijo Kasai,—no me imaginé nada de ti
en ese sentido, pillín.
—Vaya, por poco no me la
pierdo—dijo Musha.
—Estaba con una tal Mercé y
una tal Phantom—respondió Ora.
—Vaya—dijo Musha,—ahora
que lo dices hace un par de años ellas entraron a buscarnos a los
tres.
—¿Los tres?—preguntó
Kasai.
—Aleix y Ghost—dijo Musha.
—Pues eso dijeron hace unos
momentos—dijo Ora.
—Ya, eso se debe a que cuando
tenía diez y siete años, noté la presencia de R, un tipo muy malo,
y fui a parar a una realidad alterna en la que viven Aleix y Ghost,
después de que R volviese a entrar sin necesidad del Sueño
Asaético, pero aún así no pudimos hacer lo mismo, así que hicimos
unos retoques y entramos con ese sueño y fuimos a parar en esta,
como de costumbre. Ahora mismo Aleix, Ghost y mi yo de los 17 están
buscándole con Sufvil, mientras las chicas nos buscan con su misión
secundaria.
—¿Y Andes y tú?—preguntó
Kasai.
—Poniendo frente a otro tipo
malo, activé un agujero negro accidentalmente, otra vez, y nos a
traído a diferentes lugares de este mundo. ¿Y vosotros?
—Ese al que llamas R tiene a
nuestro hijo—dijo Ora.
—Os ayudaré—se ofreció
Musha.
—¿Y tu mujer?—preguntó
Kasai.
—La buscaré luego.
—¿Y por qué no ahora?
—Porque habéis dicho que está
con Mercé y Phantom, ¿no?
—Sí, ¿y?—preguntó Kasai.
—Y, que dentro de unas horas
mi yo de los 17 años, no solo matará a R, sino que además se
encuentra con Mercé y Phantom, sin ninguna esposa mía de por medio.
—Lo que significa que antes de
ese reencuentro, vosotros os encontraréis—dijo Ora.
—Y si Musha de 17 mata a R,
perderemos a nuestro hijo.
—Además he de hablar con
Mercé y Phantom para que convenzan a mi pequeño yo de no hacer algo
por lo que me arrepentiría el resto de mi vida—dijo Musha.
—Así que podemos aprovechar
esos hechos que viviste hace unos años para encontrar a Yogan y a
Andes—dijo Kasai.
—Porque si Andes ve al Musha
de los 17 en vez de el de los 20, se produciría una pequeña
aberración temporal—exclamó Ora.
—De eso no te preocupes, sé
como solucionarlo—dijo Musha.
—¿Dónde estuviste hace 3
años en tus recuerdos?—preguntó Kasai.
—En una especie de fortaleza,
muy chula, en el triángulo de las Bermudas—respondió Musha.
—Llévanos hasta allí—dijo
Ora.
—¿Cómo se piden las
cosas?—le dijo Musha de forma seria.
—Por favor—rectificó ella
con pánico.
—Tranquila, era una broma—le
aclaró Musha riendo,—tendrías que ver la cara que has puesto.
En ese momento, Musha apuntó a
Ora con su mano. Ésta empezó a iluminarse lentamente hasta que no
quedó nada de su cuerpo por cubrir. Después cada partícula de esa
luz con forma de Ora empezó a separarse de las demás. Una por una
hasta que no quedó ninguna. Musha hizo lo mismo con Kasai, con el
que sucedió lo mismo.
Cuando solo quedó él, miró
hacia el cielo. Y pronunció unas palabras en uno de los idiomas de
sus antecesores, el sombra original. Esa palabra era sinhala.
Después de haber dicho, Musha
se convirtió en un rayo que se dirigió al cielo.
* * *
Ora apareció en una habitación
de muros gruesos de ladrillos de piedra con musgo. Unos segundos, su
marido apareció cerca de ella.
—Debe de ser el lugar—dijo
Ora.
—No parece tanto una
fortaleza, más bien un castillo muy viejo—comentó Kasai.
En ese momento, unos rayos
empezaron a surgir de las esquinas y bordearon la sala hasta
encontrarse todos en medio del techo. Cuando todos se unieron en el
mismo, éste descendió hasta el suelo. Del impacto Salió Musha.
—Voilá.
Continuará.